Sin Nombre: El Sendero Hacia un Futuro Más Brillante
La vista de un camino desolado y hermoso en una tarde de otoño. Es prometedor. La imagen del paisaje evoca paz y seguridad, y la luz del sol se filtra entre las hojas de los árboles. Un corte. Un joven. Tatuado, sudado, y con cara de pocos amigos, mira el paisaje y es claro que quiere estar allí. Se levanta, camina hacia la imagen, pero en vez de ir por el sendero de felicidad y paz, gira hacia la izquierda, para no volver. Así abre la película Sin Nombre, el debut del director estadounidense Cary Joji Fukunaga que fue estrenada en el 2009.
En un barrio de México se encuentra Willy, alias Casper (Edgar Flores), es un miembro de la banda Mara Salvatrucha, la cual controla cada aspecto de la vida de Willy, incluyendo su vida amorosa. Por el otro lado, en Tegucigalpa, se encuentra Sayra, una adolescente que planea viajar a Estados Unidos ilegalmente en búsqueda de un mejor futuro. Ambos personajes se entrelazan en un tren, cuando el compañero de banda de Willy trata de violar a Sayra (Paulina Gaitán), pero Willy lo mata, salvando a Sayra del ataque. Luego de este acontecimiento, Sayra desarrolla una afinidad por Willy, y ella decide seguir el recorrido a los Estados Unidos a su lado.
Esta película contiene muchos elementos que reflejan la triste realidad de los barrios de clase baja a través de América Central, y es que los sacrificios son algo que esta sociedad hace de su dia a dia. La guerra de bandas es una de las razones principales por las cuales se da el exilio de estos países hacia los Estados Unidos. Miles de latinoamericanos escapan de la violencia de los vecindarios, para darle la oportunidad a sus familias de crecer en un lugar mejor. Se podría decir que el papá de Sayra hizo un sacrificio para poder llevarla al norte, pero Sayra afirma que su padre no volvió por ella, solo fue deportado y por eso regresó. Por otra parte, Willy sabía que estar con Martha Marlén podía ponerlo en peligro a él y a ella, ya que eso implicaba mentirle a la banda sobre sus paraderos, sin embargo él estaba dispuesto a continuar su relación. Lamentablemente, esto no resultó bien. La necedad de Martha Marlén la llevó directamente a la boca del lobo, y resultó en su muerte.
Otro sacrificio que hizo Willy fue el de defender a Sayra. Aunque se podria decir que el asesinato de Lil´ Mago fue un acto de venganza, también fue un sacrificio, porque el sabia que hacer justicia por Martha Marlén significaba su muerte segura. Él sabía que era cuestión de tiempo antes de que Smiley regresara y le contara a la banda sobre lo ocurrido.
Sayra estaba convencida de que su destino era llegar a Estados Unidos “no de la mano de Dios, sino de la garra del Diablo”. Cuando su familia está durmiendo en un tren, ella se baja y se une a Willy, sacrificándolo todo, tratando de probarse a sí misma de que ella es capaz de llegar al norte por su cuenta. Esto puede verse como un sacrificio, pero también como un intento de rebeldía, ya que Sayra en el comienzo de la película había mencionado que ella podía llegar sola al norte si ella quisiera.
El sacrificio más lamentable fue al final de la película, cuando Smiley (Kristyan Ferrer), a fin de probar su lealtad a La Mara, asesina en sangre fría a Willy. Este suceso muestra una triste realidad, sobre el adoctrinamiento a menores por parte de las bandas. Smiley, con tan solo 12 años, ya ha cometido el peor pecado imaginable, y lo hizo con ansias de demostrar que él sí es digno de pertenecer. Cómo lo dice Roger Ebert, “Smiley, so young, with a winning smile, is perhaps the most frightening character, because he demonstrates how powerful an effect, even hypnotic, gang culture can have on unshielded kids.”
Con una dirección impecable, actuación cautivante y cinematografía hipnotizante, Fukunaga prueba que su debut es de digna competición contra grandes obras cinemáticas. Sin Nombre es sin duda un retrato doloroso de la lucha latinoamericana contra la violencia, los abusos, la desigualdad y la falta de justicia.