Maria Llena Eres de Gracia: entre ética y necesidad
Las rosas no pasan directamente del jardín a la mesa. Son recogidas, lavadas y cortadas por manos laboriosas y mal pagadas. Con esmero, dichas manos espina a espina van limpiando la rosa hasta que esta queda lista para encontrar un nuevo hogar. Esta película se trata necesariamente de esas manos, las que recurren a métodos inseguros para poder sobrevivir y mantener a la familia. Estrenada en el 2004, María, Llena Eres de Gracia del director estadounidense Joshua Marston es un relato doloroso, y sin embargo fresco, de las travesía e infortunios de la vida de personas que solo intentan conseguir dinero para poder vivir mejor.
El título de la película es inquisitivo y puede ser interpretado de varias maneras. Es, obviamente, una referencia a la oración Ave María, que se puede relacionar directamente con el hecho de que el personaje principal, María Alvarez (Catalina Sandino Moreno) tiene un fruto en su vientre, un hijo. Pero también, en un sentido más metafórico e irónico, ella llena su cuerpo de droga, lo que equivale a dinero y prosperidad. La película lidia con el tema de la ética, el comportamiento adecuado que es esperado de cada miembro de la sociedad, o también el comportamiento que escrituras sagradas describen para sus seguidores con el propósito de vivir una buena y santa vida. Las decisiones que toman los personajes pueden o no ser éticas dependiendo de muchos factores, y ver esta película requiere de mucha paciencia y comprensión de parte de la audiencia.
El personaje de María es cautivador, vivo y audaz. Ella es una mujer Colombiana que no le tiene miedo a nada, es independiente y sabe defenderse. Tiene una idea estricta de cómo deben ser las cosas y trabaja para poder colaborar con su casa, todo lo contrario a su hermana quien al parecer no contribuye y pasa todo su tiempo cuidando a su bebé como madre soltera. María decide dejar su trabajo, su única fuente de ingresos, por su propia dignidad. Esto demuestra que María es una mujer de principios que no se aguanta malos tratos de otros, ni siquiera por dinero. La decisión más importante que María toma es quedarse en los Estados Unidos para darle una mejor vida a su bebé, y tal vez enviar dinero a casa. Sacrifica todo lo que conoce, y a su madre y hermana, por su bienestar y su hijo.
El personaje de Blanca es muy diferente a María, en el sentido que es un poco más temerosa y sigue a María en todo lo que hace. Blanca tiene una tendencia a rebelarse y decir lo que piensa, pero no siempre actúa de acuerdo a lo que dice. Blanca basa su ética en la autoridad y en el dinero. Por ejemplo, incluso cuando sabía que los miembros del cartel habían matado a Lucy, Blanca no quería irse porque no le habían pagado y también porque le daba miedo que le hicieran algo los bandidos. Sin embargo, Blanca también tomó decisiones que aunque podrían perjudicarla, harían justicia a los demás, como la decisión de compartir con Don Fernando (Orlando Tobon) su verdadera procedencia, y sin esta acción, nunca se hubiese conocido sobre el paradero de Lucy.
Esta película es un extraordinario ejemplo de cómo se puede retratar la vida de los carteles y mulas sin necesidad de caer en los clichés de las metralletas, los tatuajes y la violencia. Aquí los bandidos son casuales, son dueños de tiendas, son farmaceutas, son gente común con necesidades comunes. Como lo dice Roger Ebert “Here is a drug movie with no machineguns and no chases. It focuses on its human story, and in Catalina Sandino Moreno, finds a bright-eyed, charismatic actress who engages our sympathy.” En esta película la necesidad y la ética se encuentran una y otra vez, y luchan sólo para descubrir que no siempre una puede ganar por encima de la otra.
