Harmonía y Guerra en Pájaros de Verano

Angeles Zúñiga
3 min readDec 28, 2020

--

En el desolado Desierto de La Guajira, se encuentra un clan de la etnia Wayúu, el grupo indígena más grande de Colombia y Venezuela. Los miembros del clan viven una vida pacífica, dando lugar a nacimientos, bodas, funerales y cortejos. Todo esto cambia cuando uno de sus miembros invita a la presencia alijuna (término Wayúu para personas no indígenas, literalmente “el que hace daño”). Pájaros de Verano, dirigida por Cristina Gallego y Ciro Guerra es una excelente representación de la lucha entre la asimilación, preservación de costumbres, y dilemas que toman lugar cuando dos sociedades hacen colisión.

La primera secuencia de la película es visualmente cautivante. Sabemos que Zaida (Natalia Reyes) es ahora una mujer, y debe participar en una ceremonia de cortejo. Un traje rojo despampanante contra el fondo árido de la arena desértica y el opaco cielo azul es suficiente para dejar en claro, desde los primeros minutos, que esta película va tener una narrativa visual formidable.

Interesantemente, si se referencian otras obras del director Ciro Guerra, se pueden hacer conexiones entre temas en común. Una similaridad muy significativa de la obra de este director es el motivo de los sueños. En Pájaros de Verano, los sueños sirven como un augurio, un aviso de que algo está por suceder, y generalmente no es algo positivo. Los personajes usan los sueños como señales de que hay que cambiar las acciones y cursos de eventos para cuidar a los miembros del clan. Sin embargo, usualmente estas señales son ignoradas y resultan en la muerte de los familiares. En la película El Abrazo de la Serpiente (2015), el director usa los sueños como representación de identidad, y la capacidad de soñar con la idea de estar presente y vivo.

El tema más importante de esta película es como los personajes lidian con el encuentro entre dos sociedades distintas. Los Wayúu están acostumbrados a rechazar a los alijuna, quienes por siglos han destruido sus tierras, despojado de sus pertenencias y matado a sus miembros. Por el otro lado, los alijuna “modernos” también rechazan a los Wayúu, tildandolos de ignorantes, generalizando a todas las etnias como una sola y irrespetando sus costumbres. Sin embargo, en repetidas ocasiones, ambos grupos se necesitan, y se benefician entre sí.

Con este dilema entra la pregunta de la conservación de la cultura, la cual en este mundo tan globalizado e interdependiente se vuelve más y más difícil de obtener. En un artículo para Cinea, David Vanden Bossche dice que “As with every evolving contact between local traditions and a larger outside world, the interaction between the two entities changes both sides.”

Esta película es un retrato espléndido de las consecuencias que trae la falta de respeto mutuo a nivel comunitario. Es un microcosmo del colonialismo y la explotación constante que sufren los pueblos indígenas alrededor del mundo.

--

--

Angeles Zúñiga

Taking a multidisciplinary approach to life. Education, film, sustainability and travel.